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lunes, 23 de abril de 2012

Opinión: Las trabas afectaron la inversión

Las trabas afectaron la inversión.
Por Jorge Oviedo.
La presidenta Cristina Kirchner celebró recientemente el superávit comercial que alcanzó el país en febrero pasado, que llegó a los 1341 millones de dólares, es decir, más del doble que en el mismo mes de 2011. Pero los números distan de ser una buena noticia.

Las retracciones afectan mayormente la inversión y afectaron al comercio con el Mercosur (donde está Brasil, el mayor socio de la Argentina) en mayor medida que al resto.

La mayor caída fue la de compras al exterior de bienes de capital, es decir, maquinaria y equipos para aumentar la producción. Más que una baja, fue un desplome, que llegó al 19 por ciento. La retracción de bienes intermedios, es decir, de insumos para la industria, fue del 4%. Y el total de compras al exterior no cambió demasiado. Apenas retrocedió uno por ciento en febrero.

La represión a la entrada de bienes de consumo tampoco parece generar ahorros importantes. Ese rubro representó en febrero de 2011 un total de 537 millones de dólares y la baja del 5% de un año después apenas significó un ahorro de 27 millones.

Las compras al extranjero de combustibles y lubricantes, que la Presidenta quiere evitar, siguieron creciendo y, de hecho, son el rubro significativo que más aumentó, con el 19% en febrero y el 12% acumulado en el bimestre. Es decir, el rubro que amenaza con devorar el superávit comercial sigue incrementándose a un ritmo que llega a duplicar el crecimiento del PBI.

La mejora en el resultado de la balanza se vio favorecida en febrero por un incremento del 13% de las exportaciones, lo cual, según el Indec, se debió a un incremento del 14% de los volúmenes, ya que los precios cayeron en promedio uno por ciento.

Pero el comercio con el principal socio, que es Brasil, parece afectado. En febrero las exportaciones argentinas al resto del Mercosur cayeron 9% y acumularon una retracción del 6% en el bimestre. Las importaciones cayeron 16 y 6%, respectivamente.

Precisamente, la mayor caída en el bimestre de entradas de bienes de capital corresponde al resto del Mercosur, según las cifras del Indec, y alcanza al 24%. También la mayor baja en el ingreso de bienes de consumo correspondió al resto del Mercosur, con el 21 por ciento.

El rubro de vehículos automotores de pasajeros continuó creciendo fuertemente, con el 11%. Pero básicamente por la llegada de vehículos brasileños. Las compras al resto del Mercosur crecieron en el primer bimestre un total de 21%. En tanto, la llegada de vehículos desde el Nafta (América del Norte) cayó 25% en el mismo período. Pese a esta retracción, el Gobierno ya anunció que quiere renegociar el acuerdo que permite el ingreso sin aranceles de las unidades producidas en México. Brasil ya hizo algo similar.

En 2011 las importaciones de vehículos desde el Nafta crecieron 31% y totalizaron 1045 millones de dólares. Pero mientras que Adefa (la cámara que agrupa a las terminales) informó que en el primer bimestre las ventas totales de vehículos al extranjero cayeron casi el 10%, el Indec señala que las importaciones aumentaron 11%. La mayor tasa de aumento de las compras externas fue de Brasil, con el 21%. En tanto, también según el Indec, las exportaciones a Brasil en el rubro material de transporte terrestre se mantuvieron estancadas en el primer bimestre.

4%Caída

Fue la baja en las importaciones de bienes intermedios (insumos que usa la industria para producir) en febrero.



Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1465282-las-trabas-afectaron-la-inversion

Opinión: ¿Qué hay detrás de la reforma tributaria?

¿Qué hay detrás de la reforma tributaria? 
Por Fernando Staffieri.

Cuentas fiscales en rojo, inquietud entre empresarios y busquedas de acuerdos políticos detrás del proyecto de suba de impuestos.

Santa Fe se encamina hacia lo que el gobierno provincial llama una “reforma tributaria”, que en la práctica se asimila más a una suba – “actualización” – de tributos que a un cambio de esquema impositivo. Si bien aún no está armado el proyecto definitivo y circulan distintos borradores, los principales cambios serian:

- Aumento de la valuación de inmuebles rurales.

- Aumento del mínimo del inmobiliario urbano y mayor coeficiente de actualización.

- Ingresos brutos: alícuota general: 3,5%. Quienes facturen más de 30 millones 3,8% y más de 40 millones 4,2% (en consonancia con el decreto 200 de 2012 del cual diversos abogados y contadores plantean dudas sobre su validez)

- La construcción pasaría a abonar una tasa del 2,5% de ingresos brutos con excepción de las obras públicas y PyMES.

¿Cómo se llegó a esta situación?

La expansión de los gastos por encima de los recursos llevó a la provincia a una situación de asfixio fiscal. Por cierto, de mantenerse la tendencia que se observó el año pasado y principios del actual el rojo provincial se ubicaría en torno a los 4500 millones de pesos. La semana pasada ON24 publicó un artículo que señalaba que el rojo fiscal se multiplicó por cien los últimos tres años

El gobierno llega a esta situación en un momento en que el resultado acumulado desde el inicio de la gestión del Dr. Binner – un déficit acumulado de 2465 millones de pesos – supera al de los resultados favorables – $2.378 millones- acumulados por las gestiones desde el 2003 hasta el 2007.

Números Provinciales

En 2011 el gasto público creció un 43 % mientras que los ingresos lo hicieron un 35 %. Aquí debe remarcarse un punto importante: ningún gobierno en la historia de Santa Fe recaudó y gastó tanto como el actual. Desde el inicio de la gestión del socialismo los gastos crecieron 3,1 veces mientras que los recursos lo hicieron 2,8 veces.

Más aún, descontada la inflación -medida por el IPC Santa Fe elaborado por el IPEC - desde que asumió la gestión socialista en 2007 el gasto público creció un 50 % mientras que los ingresos lo hicieron un 38 %. Aún en términos reales el gobierno recauda más pero al mismo tiempo gasta todavía más.

Un punto que es reconocido por la actual administración es la rigidez del gasto público. De las erogaciones totales solo el 7,3 % se destinan a gastos de capital. Lo que también es cierto es que a partir de 2007 se agravó esta tendencia: desde ese momento mientras las erogaciones corrientes aumentaron en términos reales un 60 % el gasto en capital lo hizo un 9 %. De esta forma, los gastos corrientes crecieron en los últimos cuatro años a un ritmo más de seis veces superior al gasto en capital.

Al mismo tiempo, a lo largo de los últimos cuatro años los santafesinos también pagaron más impuestos: entre 2011 y 2007 la recaudación aumentó casi tres veces, lo que implica un 40 % más de ingresos para el fisco descontando la inflación de estos años.

De esta forma, la solución que busca el gobierno ante el asfixio de las cuentas públicas de Santa Fe es incrementar los impuestos. El debate recién se inicia con la búsqueda de acuerdos políticos que permitan asegurar el tratamiento legislativo favorable y así aumentar la presión fiscal sobre el sector privado.



Fuente: http://www.on24.com.ar/nota.aspx?idNot=52302

Opinión: Los tres problemas que Cristina no vio venir

Los tres problemas que Cristina no vio venir
Por Carlos Pagni.

Cristina Kirchner ha sido sometida en las últimas horas a una presión internacional desconocida. Una liga de gobernadores se constituyó, por primera vez desde 2003, para protestar por un proyecto de la Casa Rosada. También por primera vez, desde el gabinete filtraron una iniciativa presidencial. Estas novedades se corresponden con fenómenos que la Presidenta no ha podido registrar. Esa falta de percepción explica la crisis desatada alrededor de YPF.

El primer fenómeno que la Presidenta perdió de vista es que hoy cualquier conflicto con Madrid es un conflicto multilateral. España está en el centro de una tormenta de cuyo desenlace depende, entre otras cosas, la supervivencia del euro. Mariano Rajoy realiza el ajuste más riguroso que la actual generación de españoles haya conocido. Aumentó la presión impositiva y recortó los gastos de salud y educación en un 10%. Su gobierno está al borde de ser intervenido por las autoridades europeas. Los costos ya se hicieron notar: Rajoy perdió las elecciones andaluzas, descendió ocho puntos en las encuestas y soportó una huelga general.
Para la comunidad internacional, la Presidenta avanzó sobre el patrimonio ultramarino de Repsol como quien irrumpe en una sala de cuidados intensivos para maltratar a un paciente delicado. Una lectura correcta del contexto global le habría anticipado que la estatización de YPF desataría una reacción durísima de Europa y los Estados Unidos.
La eventual apropiación estatal del 50,01% de la petrolera ya figura en la agenda del Parlamento de Estrasburgo. La Unión Europea es, por el Tratado de Lisboa, la que litigaría ante el Ciadi (tribunal arbitral del Banco Mundial) en defensa de las inversiones españolas.
En el caso de los Estados Unidos, la solidaridad con España está reforzada por varios factores. El socialista José Luis Rodríguez Zapatero se plegó al bloqueo contra Teherán, a pesar de que su país era el principal consumidor europeo del crudo iraní. A cambio, los Estados Unidos fueron su abogado en el Fondo Monetario Internacional.
Rajoy profundizó esa relación, reanudando la alianza de José María Aznar con Washington. Un indicio: el embajador español ante Barack Obama, Ramón Gil Casares, era el responsable de la oficina internacional de La Moncloa durante la guerra de Irak, a la que Aznar ingresó del brazo de George W. Bush. En otras palabras, los Estados Unidos vuelven a tener hoy en España un aliado europeo sólo comparable al Reino Unido.
Estas razones justificarían, por sí solas, que el Departamento de Estado haya pedido a Repsol un informe detallado sobre YPF, para ilustrar a Obama en su entrevista con Cristina Kirchner, en Cartagena. Pero, además, el gobierno norteamericano actúa en defensa de los inversores de su país, que poseen el 17% de la empresa.
Rajoy, el canciller José Margallo y el secretario para Iberoamérica, Jesús Gracia Aldaz, aprovecharon este mapa de intereses para desplegar una sigilosa diplomacia sobre la Cumbre de las Américas que terminó ayer, cuando la señora de Kirchner ya se había retirado. Los españoles sensibilizaron a Obama, y también al anfitrión, Juan Manuel Santos, a quien Rajoy pidió una gestión de buenos oficios. Con el mexicano Felipe Calderón no hacía falta hablar, ya que la petrolera Pemex controla el 5% de Repsol. Dilma Rousseff y Sebastián Piñera son otros irritados: Petrobras y ENAP también fueron castigadas.
La defensa de Repsol permitió a Rajoy dejar de hablar del desempleo siquiera un par de días. Su frente interno se consolidó alrededor de la petrolera, convertida en una especie de Malvinas española. Excelente servicio de Cristina Kirchner al gobierno de Madrid.
Desde esa capital trascendieron algunos mensajes alentadores en las últimas horas. El ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo que "el conflicto se ha encauzado". Tal vez se entusiasmó con la entrevista del canciller Margallo con Carlos Bettini, el viernes pasado. El embajador argentino ofreció el primer canal de comunicación con la Presidenta. La distancia, la añeja amistad personal y una dosis suficiente de seguridad en sí mismo hacen que Bettini esté desprovisto del temor que paraliza a los kirchneristas ante su jefa. Ese pánico es la razón más poderosa de los problemas de Cristina Kirchner para procesar información. Aun así, hasta anoche las máximas autoridades de Repsol no contaban con una razón objetiva para el optimismo de Soria.
El segundo obstáculo que la Presidenta no pudo percibir es la reacción doméstica que desencadenaría el golpe a las autonomías provinciales que supone su proyecto petrolero. Además de disponer la estatización parcial de YPF violando el estatuto societario, el texto que circuló el jueves supone una gran alteración del régimen de propiedad y comercialización de los hidrocarburos. En principio, significa una intervención general sobre la industria petrolera, ya que pone en manos del poder central la fijación de los precios de exportación e importación del crudo y del gas. Llevadas por la incertidumbre, las empresas han reducido la extracción de petróleo, lo que amenazará el abastecimiento de combustibles cuando pase un par de meses. No sería raro que, en pleno invierno, comience a escucharse la denuncia de "una maniobra destituyente con olor a petróleo". La harán los funcionarios que hoy están creando este problema.
La iniciativa oficial prevé, además, una regulación de las importaciones de combustibles, cuyo costo se transfiere a las refinerías. Nada que sorprenda: el principal desafío del Gobierno es hacer frente este año a la compra de gas, gasoil y fueloil por US$ 14.000 millones en el mercado internacional. Desde diciembre pasado Cristina Kirchner busca a alguien a quien transferir esa factura, cuyo volumen es el signo material del fracaso de su política energética.
El proyecto que circuló el último jueves también se propone volver a concesionar en 180 días los yacimientos de hidrocarburos no convencionales ( shale gas tight oil ) en los que la inversión no sea satisfactoria. Es un avance decisivo sobre las provincias. Y también una forma de habilitar ese promisorio negocio a algunos amigos del Gobierno que hasta ahora estuvieron excluidos.
Varios gobernadores petroleros tienen sobre el escritorio los encendidos discursos pronunciados por Cristina y Néstor Kirchner en defensa de la propiedad provincial del subsuelo durante la Convención Constituyente de 1994. Es un detalle. Lo relevante es que la Presidenta logró lo que su esposo quería evitar a toda costa: rearmar el club de los gobernadores, disuelto desde 2003. Hasta ahora participaron los de las 10 provincias productoras de petróleo. Pero ¿los de los otros 14 distritos, donde vive la mayoría de los consumidores, tendrán algo para decir sobre esta mutación estructural? Aunque, si se piensa bien, ¿por qué se asigna la regulación energética a una corporación de gobernadores y no al Congreso?
LA CAMPORA

L

Hay una tercera circunstancia que la Presidenta no ha podido evaluar: el malestar de sus antiguos colaboradores por el ascenso de La Cámpora. El frente internacional, igual que el federal, se activó porque su proyecto fue filtrado. La infidencia salió desde el seno del palacio. No es difícil detectar al ministro y al abogado-asesor que hicieron circular los borradores. Es lógico: las empresas y los gobernadores tienen como aliados a los funcionarios del Gobierno que se sienten menoscabados por jóvenes recién llegados. Los pingüinos habían tolerado que esos muchachos condujeran Aerolíneas. Pero que pasen a diseñar el negocio petrolero, sobre el que ellos se instalaron desde hace cinco lustros, les resulta insoportable. La petulancia de Axel Kicillof esconde un candor conmovedor: aún no advirtió que antes que Antonio Brufau sus víctimas son Julio De Vido o Carlos Zannini, viejos burócratas entrenados en el sencillo arte de atacar por la espalda. Es verdad que Kicillof les facilita las cosas: hasta hace pocos días ignoraba que bbl es la sigla de barril, por ejemplo. Se lo tuvo que explicar un magnate petrolero.
El boicot contra Kicillof y sus amigos es un comprensible desafío a la autoridad presidencial. Que Menem maldijera a su antecesor Alfonsín o que Kirchner renegara de Duhalde eran conductas habituales en política. Pero que decenas de veteranos kirchneristas deban aceptar, después de triunfar con el 54% de los votos, que los novatos de La Cámpora los acusen de ser los culpables de una herencia maldita es una jugada difícil de comprender. Tan difícil que quien la ideó, Cristina Kirchner, todavía no termina de advertir sus consecuencias.


Fuente:  http://www.lanacion.com.ar/1465362-los-tres-problemas-que-cristina-no-vio-venir

Opinión: "La rastrojerización de la economía"


La rastrojerización de la economía

Por Tomás Bulat.

Ya se ha dicho reiteradas veces: el modelo económico que se está implementando en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner es distinto al del primero. Si bien tiene la misma lógica basada en una fuerte presencia estatal, ahora lo hace de manera defensiva y no positiva. Las intervenciones ya no son para promover algo mejor, sino para evitar algo peor.
Las dos medidas económicas que van a comenzar a definir el nuevo perfil productivo y de consumo de estos meses, mientras los desequilibrios aguanten, son: las dificultades para comprar dólares y remitir dividendos, y la medida de dificultar o prohibir las importaciones.
Más allá de las coyunturas de no poder importar libros o que falten algunos medicamentos, el problema es que con estas nuevas reglas, también con el tiempo se va cambiando el perfil productivo y de consumo de la Argentina.

Back to Basics (volver a lo básico)

Hay en estos días un debate muy interesante en uno de los sectores económicos que ha sido puntal del crecimiento en estos años, que es el sector automotriz. El debate en los medios tiene que ver con la presión a las terminales para que incrementen el porcentaje de piezas nacionales en los autos que se producen en el país.
Así, por ejemplo, en el 2004 cada automóvil hecho en Argentina tenía el 40% de sus partes de proveedores locales; hoy ronda tan solo el 25%. Estos datos ciertos, ocultan varias falacias en el medio. Lo que no se cuenta es que la cantidad de autos que se producían en ese momento era casi 3 veces menor al actual, es decir que para poder proveer este 25%, el crecimiento de los autopartistas ha sido espectacular. Cuando un mercado crece tan rápido, la oferta local tarda en ir adaptándose y lo hace lentamente. Es decir, pasar de producir 100 asientos por día a 300 requiere inversión, créditos, pero sobre todo tiempo de desarrollo. Para abastecer el mercado se necesita importar mientras se desarrollan los proveedores locales.
Es común que en mercados que crecen muy rápidamente, el componente local disminuya, porque lo hace hasta que el mercado es maduro y ahí se hace el “catch up”, es decir que alcanzan y acompañan a la terminal.
Pero también está el segundo método, que hoy parece triunfar. La otra forma de incrementar el porcentaje de proveedores locales, es disminuyendo la cantidad de piezas que necesita un auto nacional. Al auto se le puede sacar el cierre centralizado de puertas, se le pueden poner 2 airbags en lugar de 4, puede no tener sensores de luz o de lluvia, puede no tener ABS o computadora a bordo. En la medida en que se eliminen estos “extras”, es más sencillo es que todo sea producción nacional. Es decir que el modelo de auto a construir es el rastrojero. Casi, casi, 100% nacional.

Reducir la cadena de valor

Claro que en la medida que se ponen restricciones o se obliga a hacer el auto nacional, lo que sucede es que la cadena de valor se va destruyendo. Porque el rastrojero no necesita muchos proveedores, con 10 alcanza. Pero si se construye un 408, o un SW4, un Focus, una Amarok, un Agile o un Palio, la cantidad de proveedores que se necesitan son muchos. Claro que se tarda un tiempo en producirlos localmente y, mientras, hay que importarlos. También parte de sus productos tendrán componentes importados, pero es el tiempo y los incentivos a invertir los que generan cadena de valor, no las prohibiciones. Si la intención es que se produzcan autos “nacionales”, lo único que se logrará es inhibir el desarrollo de los autopartistas. Ni hablar que mientras más rastrojerizamos más difícil, sino imposible, será exportar.
Un ejemplo es el impuesto del 10% a los autos que superen los 150.000 pesos. Con ese piso lo que se castiga es la producción de autos complejos. Como el precio de los autos sube cerca de un 1,5% anual, lentamente cada vez más autos van incluyéndose en ese rango de precios. Para evitar pegar el salto de precios que implica dicho impuesto, las automotrices seguramente producirán las versiones “básicas”. Así es como se producirán autos lindos por fuera y sin ningún accesorio por dentro
No voy a aclararles que la mayoría de las innovaciones que se popularizan con el tiempo al principio eran sólo de los autos caros. Si se castiga a los autos complejos, entonces con el pasar del tiempo ningún auto termina teniendo esa tecnología. Los autos deben tener cada vez mas adicionales, no menos. Antes tenían airbag o aire acondicionado solo los de alta gama, hoy no. El secreto en la industria automotriz es promover la complejidad.

Volver al pasado

Pero esto no sólo pasa en el sector automotriz, también se extiende a otros rubros. Así por ejemplo, las computadoras cada vez se distancian más en capacidad y performance en relación a las que se venden en el resto del mundo. No solo son el doble de caras, sino que son el doble de lentas. Los celulares son el modelo más básico, las planchas no tienen vaporizador (¿para qué? ¡si mi abuela planchaba sin eso!) y ahora estamos a punto de eliminar el PET y volver al vidrio. Mientras el mundo hace esfuerzos por remplazar de manera definitiva un producto tan pesado y peligroso como lo son las botellas de vidrio, nosotros insistimos en reeditarlas. Lo que en el mundo tiende a desaparecer, acá lo volvemos a implementar.
Lo que esta política está haciendo es que, tanto como productores como consumidores, nos conformemos con lo básico. La consigna es hacelo como puedas y vendé lo que puedas. Actualmente, los gerentes comerciales o generales de las empresas locales le dedican más tiempo a hablar con Moreno que a diseñar estrategias para brindar mejores productos o servicios a sus clientes. Eso está matando la calidad y la innovación. Uno cuando va al supermercado ya no encuentra nada nuevo, excepto los precios.
La rastrojerización no solo nos da peores productos a los consumidores y hace más ineficientes a los productores, sino que nos acerca de manera casi inevitable al nuevo plan Rastrojeros Para Todos.


Fuente: http://www.cronista.com/contenidos/2012/04/10/noticia_0018.html

jueves, 19 de abril de 2012

Opinión: ¿Qué estrategia tenemos que seguir a largo plazo?


Qué estrategia debemos seguir a largo plazo

Por Orlando J. Ferreres | Para LA NACION

¿Economía del conocimiento o vieja economía? Este tema podría plantearse de otra manera. Es una gran cuestión dado que estamos en un momento de transición mundial y muchos de nuestros políticos aún siguen recitando el viejo paradigma. Han ocurrido grandes cambios prácticos en el mundo y seguirán ocurriendo en los próximos años. El mundo va hacia la economía del conocimiento y nosotros seguimos aferrados a los viejos "fierros". Hace poco inauguramos una línea de trenes entre la Argentina y Uruguay, cuyo viaje inicial ni siquiera pudo completarse, y no llegó a destino ni una sola vez por lo viejo y obsoleto del material. Esto podría ser anecdótico, pero lo incompresible es que muchos de nuestros dirigentes en ejercicio del poder están resucitando una política de promoción de actividades que es típica de las décadas del 60 ó 70 o incluso antes, es decir, una política que atrasa más de 50 años.

Nuestra estrategia consistió en comenzar a hacer lo que otros países ya consideraban superado. Cuando los otros desarrollaban la industria liviana (por ejemplo, heladeras y lavarropas) nosotros favorecíamos las industrias primarias (harina, aceite, telas de algodón). Cuando los otros países hacían la industria automotriz, nosotros recién empezábamos con la industria liviana. Cuando llegábamos a la industria automotriz, ya los principales países desarrollaban la industria pesada. Cuando llegábamos a la industria pesada (Somisa) ya ellos estaban en la industria del hardware y así siguiendo siempre en carrera, pero con una vuelta menos, siempre atrás. Podemos denominar a esta estrategia perdedora con el título de Pactos Coloniales. Uno tras otro, explícitos o por ignorancia del que se cree muy nacionalista pero que no ve todas las alternativas, o lo que sería aún peor, por el resultado de un lobbying con Papá Estado para lograr una ventaja sin ser competitivos. Pactos coloniales pues los países que van adelante serían la metrópoli y nosotros, siempre atrás, la colonia.

Actualmente estamos haciendo lo mismo, o aún peor, estamos promocionando actividades que no son productivas, sino que son un mero armado, o en muchos casos un mero rearmado. No quiero detenerme en este problema. Quiero ir a la solución de largo plazo. Con la simplificación que puede conllevar un resumen para una columna, tenemos que ver hacia donde esta yendo el mundo en estos aspectos, para lo cual podemos observar el cuadro de datos:

El valor de las empresas del conocimiento es lo que ha aumentado más en los últimos 12 años. Apple entre el 2000 y la actualidad, aumentó su valor en un 12.000%, Google ni siquiera figuraba en el 2000 y también aumentó su valor IBM o AT&T. Pero por la variación porcentual del valor podríamos engañarnos. Hay que observar el valor absoluto de estas empresas, y lo que vemos es que en algunos casos supera el valor del PIB de Argentina y que hace 12 años prácticamente no existían. En el PIB se incluyen todas las actividades del país. Si hubiéramos promocionado empresas del tipo Apple (u$s 579 billones), nuestro PIB podría ser mucho más alto de lo que es (u$s 430 billones). Estas empresas no tienen mayormente "fierros" sino inteligencia y creatividad organizada de manera tal que sus productos resultan útiles a muchísimas personas globalmente. Es bueno recordar que las empresas de este tipo pasaron por dos crisis en la última década: la crisis de la "punto com" en 2002 y la crisis de la "subprime" de 2008 que aún no terminó, aún así crecieron de una forma espectacular.

Veamos que pasó con el valor de las empresas más tradicionales, aquellas de las cuales hablan permanentemente nuestros políticos y demás dirigentes. Hemos tomado las empresas mas conocidas de este renglón como pueden ser Ford o GM, y vemos que el valor de las mismas bajó entre 20 y 30 % en los últimos 12 años y que el monto de ese nivel es mucho menor, tanto comparando con Apple, como con Google o IBM. Estas empresas "fierreras" tienen más de 100 años y no han habido grades cambios en sus productos, aunque sí modernizaciones. Lo mismo podríamos decir de General Electric, aunque hoy es una empresa mucho más diversificada que antes, a pesar de lo cual su valor bajó casi un 60% en los últimos 12 años.

¿Qué tipo de empresas debería promocionar la Argentina, para salir del Pacto Colonial? Las empresas que sean de la próxima "ola" tecnológica, como pueden ser las del tipo de las mencionadas en el cuadro. Como un ejemplo entre muchos, es lo que han hecho la India o Finlandia con sus desarrollos tecnológicos. Tenemos que estudiar el largo plazo, pero no sólo hacia atrás sino básicamente hacia adelante, lo que va a venir, anticiparnos lo más posible a las tendencias. Esto no quiere decir que abandonemos a las empresas que ya están promocionadas aquí, sino que esta promoción debe tener un límite en el tiempo y debe darse contra objetivos a lograr (por ejemplo, exportar un 40% de la producción). La promoción hoy debe ser para las empresas con futuro y el futuro es el de la economía del conocimiento.

Es necesario formar un comité de pocos expertos que estudie el problema y efectúe las recomendaciones necesarias. Por ejemplo, si quisiéramos avanzar en la economía del conocimiento no tendríamos gente preparada para esta nueva ola tecnológica. Por eso es que es urgente un cambio rotundo en la educación: un buen primario y un buen secundario en la Argentina, hoy manejados por los intereses de los empleados y no por los intereses del país. Y la orientación universitaria hacia las carreras tecnológicas, sin olvidar la enseñanza de la ética, pues ¿de qué nos valen los resultados sin moral? La distribución de computadoras laptop a los alumnos ha sido una buena idea, que apoyo fervientemente, pero hace falta mejorar los contenidos y el buen ejemplo de los docentes, que sólo se aprecia por excepción.
Necesitamos el Sarmiento del siglo XXI, que rompa contra los intereses creados que mantienen anquilosado al país. Uniendo las dos cosas (la economía del conocimiento y una educación orientada a las necesidades del futuro) a nuestra creatividad innata, y a nuestra cordialidad reconocida, tendríamos un proyecto de país espectacular. Hagámoslo ya.


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1465421-que-estrategia-debemos-seguir-a-largo-plazo